Ella y yo, amor de otro planeta, mi mente queda en blanco cuando imagino sus tetas, su olor en la cama calma el drama que me inquieta, me gusta romperte a cuatro mientras la polla me aprietas. Tienes los andares que, mi lengua roza su piel, y todo cobra el color, su pelo suelto me envuelve y me deja mudo, me gusta agarrarla fuerte mientras la parto tol culo. Se gira, me mira, grita mi nombre y suspira, la noche se vuelve magica cuando mi flow respira, mi polla y su vagina, me imagina y delira, sabe bien que soy la maquina que hace mejor su vida. Mi voz ronca, tu pompa, tu piel me roza, quieres lio, y yo sigo a lo mio, vaya ojitos loca.
Aun por delante del libro sobre Pablo Escobar, el narcotraficante colombiano, ríe Ortega mientras explica un sinfín de historias y anécdotas durante esta entrevista, plagada de palabras explícitas. Hay palabras efectivamente antiguas. Con la onomatopeya miw o miu. Y la palabra faraón viene del egipcio a través del judío. Los judíos usaban la palabra per-aa, que significa casa grande, y por metonimia se usó para designar al faraón. Se nota una cierta candidez en esas palabras.
Meterse en la boca del lobo. Avistar por encima del hombro. Morder el polvo. Mucho ruido y pocas nueces. Nacer con un pan debajo del brazo. Nacer de pie.