Personalidad

¿Cómo probar un colchón?

Tu novia no 905620

Share Comprar un nuevo colchón Una buena noche de sueño. Todos lo queremos, pero no siempre lo tenemos. Y sí, tu colchón es probablemente el principal culpable. Te damos algunas pautas para guiarte. Son varios los factores que hay que tener en cuenta: tu postura habitual, si duermes solo o acompañado, si tienes alergias o si eres caluroso. Sin embargo, no te dejes influir por precios, publicidad, términos, valoraciones u opiniones. Existen numerosas tecnologías y combinación de materiales en el mercado, todos ellos creados para satisfacer a diferentes tipos de durmientes, por eso lo que a un amigo le puede parecer muy confortable, a ti no tanto. Tampoco sirve sentarse en un lateral de la cama, ya que concentras el peso en un solo punto, el colchón se comprime y puede resultar muy blando. Acuéstate sobre el colchón y tómate tu tiempo, no te sientas incómodo por tardar.

Un viaje de trabajo Le empresa nos envió a dos compañeras de trabajo y a mi a un cursillo en Madrid. Me llamo Juan y tengo cuarenta y cinco años y soy Jefe de Departamento de una multinacional dedicada a la gestión de empresas. Dirijo un equipo de diez personas, del que la mitad son mujeres. Ello no dejó opción a la elección y tuvimos que acudir las dos personas que hacían el trabajo en mi departamento, Mónica y Elena, y yo como jefe. Mónica tiene cuarenta años. Morena, pelo corto, de estatura normal y muy buen tipo, aunque de cara no época muy agraciada. Hicimos el viaje en mi coche y hablando de una cosa y de la otra, de la familia —los tres estamos casados- los hijos…, llegamos a hacernos confidencias en el terreno personal, que normalmente no había ocasión de hacer en el puesto de trabajo, lo que dio lugar a una sensación de confianza y confraternización muy agradable.

Una sencilla forma de volver a reparar en su presencia es que hagas una foto de cada habitación y que las analices críticamente. Es bastante probable que observando tu alrededor desde allí descubras zonas desordenadas que requieren tu atención. Y es que sobre ellas vamos acumulando cosas de todo tipo, como si de agujeros negros se tratara. Cada día dedícate a vaciar una de ellas y a colocar todo lo que estuviera además en su lugar correspondiente. Eso hace que, al ordenar, esos objetos pasen de un lugar a otro, empero sin estar nunca realmente ordenados.

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