Discurso inaugural de Andrés Bello Discurso pronunciado en la instalación de la Universidad de Chile el día 17 de septiembre de Enlaces relacionados Artículo Verso y reverso de nuestro primer rector. Siento el peso de esta confianza; conozco la extensión de las obligaciones que impone; comprendo la magnitud de los esfuerzos que exige. Responsabilidad es esta que abrumaría, si recayese sobre un solo individuo, una inteligencia de otro orden, y mucho mejor preparada que ha podido estarlo la mía. Pero me alienta la cooperación de mis distinguidos colegas en el consejo, y el cuerpo todo de la Universidad.
De Homero a Platón 4. Las ideas de Platón sobre el alma. Laín dedica al tema. Ese ascetismo extremoso del Fedón aparece mitigado luego, en el Filebo, pero la línea de apreciación de los placeres es la misma. Lo corporal se ve inferior y poca cosa frente el globo del espíritu. Por su complejidad y resonancia en la vasta obra platónica debemos limitarnos aquí a dar un breve resumen de sus principales argumento, a sabiendas de que este compendio es sólo una aproximación sucinta y sólo pretende ser eso. En resumidas cuentas , Platón sostiene que: 1 El alma es el verdadero yo del ser humano.
En nuestro diario vivir realizamos acciones constantemente, fruto de los problemas o situaciones a los que nos podemos confrontar por el simple hecho de dar, sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar en qué estamos basando nuestras decisiones. Pero a la tiempo supone la facultad de elegir el mal, es decir, la facultad de caer, que es una imperfección de la voluntad humana. El libre gana se caracteriza por cierta inclinación que tiene sobre él, la concupiscencia, el interés material y el temor servil; a pesar de ello, vive la presencia de Dios, esto es, la capacidad de arrepentirse para establecer nuevas relaciones con la divinidad. El buen uso del libre albedrío es galardonado con la eternidad, y su borne opuesto es la infelicidad perpetua. La voluntad libre se logra a través de la acción de la gracia y la intervención de un liberador. La gracia eleva la naturaleza a un estado de excelencias similar al estado del hombre inocente. San Agustín remarca la necesidad del hombre de ser libre con la intervención de la gracia. Conseguida la meta, el premio es la eterna felicidad.