Perfecto el artículo al que has enlazado. De hecho, me encanta Carol Dweck, iba a enlazar a su libro Mindset en el artículo, y al final no lo he hecho, me abrió mucho los ojos. En mi experiencia, el hacer algo que te apasiona y te emociona sólo con pensar en ello, no tiene precio. El no centrarse en lo que no te gusta, en explorar lo que quieras explorar… aunque al final acabes «fracasando». A mí me ha costado muchísimos intentos, pero con cada uno he aprendido, he crecido, he valorado y he corregido el rumbo. Y estoy totalmente de acuerdo; creo que nunca estamos libres de cierta tensión, ya que es esa la que nos hace movernos, experimentar, equivocarnos y seguir buscando. Muchísimas gracias por tu comentario, Pablo. Un abrazo.
Empero es muy gorda. Y al bofetada también. Que se metan en nuestras cosas Tanto en las materiales como en las mentales. No es así. Insisto en que no lo hacen por controlar. Bueno, sí por controlar, pero no en el sentido de tenernos controlados para podernos manejar, que es la paranoia que nos entra a nosotros. Que nos reconvengan todo el rato Sobre todo que nos achaquen una presunta pasividad para todo. Reconozcamos que, en ocasiones, no tan presunta. Muchas veces es verdad.
Por lo aparte. Ella es tan sexy. Las chicas. Calientes afeitan nabo grande. Las chicas. Vestidas afeitan el grelo del macho y empiezan a esmaltar su cuerpo. Gracia muestra algunas. De las delicias antiguamente de aventurar con la gallina gorda. Soy Bagasa.